Percepciones

Percepciones 2

No entiendo qué pasa, porque a diario escucho, críticas y diatribas contra Enrique Peña Nieto, nada menos que el Presidente de este país llamado México,  en donde afortunadamente vivimos. De repente me sorprende enterarme que de todo tiene la culpa, suceda lo que suceda. Y debo reconocer que en cierta forma eso me tranquiliza, pues me resta culpas cuando me veo al espejo con 30 kilos de sobrepeso y si me permito inculparlo por mi sobrepeso, con todo respeto, desde luego.  Se debe a que con la baja del recibo de la luz y que ya no tenemos alzas mensuales en la gasolina y en el gas, nos queda un poco más de dinero para el súper…  Sin embargo, hay que ser honestos y debo admitir que esto podría deberse a que como más de lo debido, sobre todo los helados y otras cositas dulces que me encantan. De todas maneras consideremos que en cierto porcentaje esto se debe también a las tan criticadas reformas. Además, ¡ojo amigos míos!, tengo un paquete telefónico  que se llama “Paquete Acerques” con el que no me cuesta llamar a ningún celular, llamadas de larga distancia a todo el mundo, ¡ILIMITADAS!,   vídeos  para ver películas en casa y créditos para que compres lo que quieras en las tiendas  de este grupo, que por supuesto y, abusados ¿eh?, los abonos te los descuentan en tu recibo telefónico. Mis nietos ahora viven en Holanda con su papá y su mamá ¿Sabes lo que significa hablar con ellos como si vivieran en Todos Santos? Con todo esto lo que quiero decir es que también hay muchas cosas buenas que agradecer al mero mero, si bien el servicio telefónico es un negocio privado, el buen ejemplo cunde.  Aunque AMLO y cuates que lo acompañan, no lo quieran ver,  allá ellos.

 
A continuación me permito anexar la siguiente entrevista a la Dra. Lorella Castorena Davis que le hizo el reconocido periodista Ivan Gaxiola de BCS Noticias, dado que me pareció sumamente interesante y considero que debe dársele la mayor difusión posible. Agregaré solamente que cuento con la autorización de la entrevistada.
La Paz, B.C. S.   03 sept. de 2015
La violencia en La Paz no viene de afuera; nace en la sociedad sudcaliforniana: Investigadora
La Paz, Baja California Sur (BCS). La violencia que se vive en La Paz no tiene origen en el exterior del estado, se trata de un mal nacido en el interior de la propia sociedad sudcaliforniana y alimentado por la misma, adoptando el modelo de narcocultura a causa de su endeble corresponsabilidad ciudadana, la creciente apatía y la profunda desigualdad, según deja ver la doctora Lorella Castorena Davis, catedrática e investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), mostrando que una sociedad que se rige bajo estos parámetros engendra psicópatas y provoca el crecimiento de agresiones al interior de los hogares.
Las autoridades, tanto estatales como municipales, refieren constantemente que la ola de ejecuciones que presencia la capital de BCS desde agosto de 2014 presenta su génesis en la intromisión del crimen organizado al territorio sudcaliforniano, no obstante, la investigadora asegura que “no hay ninguna causa externa”, anotando que el argumento resulta incluso “racista”.
“Disiento totalmente con esta idea de causas externas […], como si esto fuera directamente adjudicable a la migración […] Lo que está ocurriendo aquí ocurre aquí, como ocurre en el resto de México […], es un argumento que se ha utilizado muchas veces en Baja California Sur como para sostener la idea o la impresión de que el origen de todos nuestros males lo traen los mexicanos y las mexicanas que vienen de otra región del país, como si nosotros fuésemos algo ajeno al país […], si tú analizas esos argumentos y los comparas, por ejemplo, con los argumentos de Donald Trump, serían equivalentes […] Es un argumento excluyente y profundamente discriminatorio”.
> En realidad, muestra Castorena Davis, “los grandes culpables de nuestros problemas son las autoridades omisas, la falta de transparencia en la información y la profunda corrupción que vemos en la impartición de justicia”, algo que existe en la cúpula gubernamental de la media península antes que el ingreso de los cárteles que hoy tienen el control del tráfico de drogas.
> La supuesta guerra contra el narco “cobra más vidas que las personas que se mueren por el consumo de drogas”, lo cual “es un absurdo”, observa la doctora, pues “el tráfico nos asesina y hace más ricos y poderosos a los traficantes”. Al atacar desde las fuerzas armadas este problema, estamos “asesinando nuestro futuro”, sostiene, y augura que continuará así “mientras las autoridades sigan ocultando datos, manipulando la información de manera maniquea, no ofrezcan un continuo de información estadística confiable en términos de crímenes violentos, así como las condiciones en que ocurrieron, quiénes han sido detenidos y detenidas y quiénes están involucrados”.
> Para acabar con los problemas de nuestro estado y nuestro país, asegura la especialista en estudios sociales, “hay una fórmula súper sencilla”, se trata de ofrecer “transparencia, convertir el asunto del consumo de drogas en un asunto de salud pública y legalizar el consumo, no hay otra forma”.
Pero los gobernantes son tan responsables como sus gobernados, explica la socióloga, dando cuenta que en La Paz “no sólo tenemos autoridades omisas, también una ciudadanía omisa”, la cual se encuentra “aparentemente preocupada por lo que está ocurriendo”, aunque al mismo tiempo se limita a guarecerse en casa o, en su más alto grado de activismo, a hacer un comentario en Facebook, y “no vemos gente saliendo a la calle a exigir transparencia, probablemente porque da miedo”, reconoce, “porque nos sentimos inseguros, sin embargo tampoco encontramos una condena social sobre la violencia”.
> “Hemos visto crecer la narcocultura sin ofrecer ninguna oposición, y la narcocultura lo que hace es naturalizar la violencia, entonces contribuimos con este proceso de naturalización de la violencia, y en el momento en que naturalizamos la violencia dejamos de preocuparnos […] Nos acostumbramos a vivir en un orden impune, si no, no te explicarías por qué la mitad de los coches que circulan en esta ciudad circulan sin placas y sin ningún control de emisiones, y toda esa gente que circula en coches sin placas y que seguramente no tiene ni licencia de conducir, está cometiendo un delito […] Así, ellos no cumplen con la ley, nosotros no cumplimos con la ley, nadie cumple con la ley, hay un profundo componente de corresponsabilidad ciudadana, no cumplir con tus obligaciones ciudadanas forma parte del sistema de corrupción […] Como todos tenemos cola que nos pisen, todos estamos cobijándonos. Hay que comenzar con la autorresponsabilidad, con el entendimiento de que si cumplimos con nuestras responsabilidades, vamos a poder exigir, porque la única razón por la que no exigimos es porque no cumplimos”.
> Desde el inicio de la ola de homicidios, según refiere Lorella Castorena, en La Paz “la mayoría de las personas que han sido asesinadas son jóvenes menores de veintitrés años”, lo que evidencia que “vivimos en una sociedad que está asesinando a su juventud”. Entonces, “¿qué hace que estos chicos y chicas se involucren en actividades que los llevan a la muerte?”, se pregunta, y obtiene respuesta en “la profunda desigualdad”, pues “haciendo eso obtienen prestigio y poder en su pequeño grupo […], estos chicos están siendo asesinados porque tienen el sueño de tener cosas que de otra manera no pueden comprar, el sueño de tener el poder que de otra manera no podrían tener”.
> La catedrática recuerda que “la primera señal de que algo estaba ocurriendo” en la ciudad fue la balacera en Los Planes, el 31 de agosto de 2014, al igual que las fosas clandestinas encontradas el mismo año, no obstante, contrario a iniciar, autoridades y sociedad, una defensa cultural y política, el fenómeno se recrudeció y penetró, al grado de encontrar que gran parte de los casi 150 ataques que han ocurrido en la capital de BCS desde esa fecha, han tenido como escenario las marisquerías que justamente iniciaron su proliferación a la par de los tiroteos.
> Estos nuevos negocios son “la reproducción de la narcocultura”, según la tesis de la investigadora, pues a pesar de que “les dicen marisquerías, en realidad son tugurios, son bares disfrazados que también proliferan en otras regiones del país y son como un modelo para armar”, apuntando que “el colmo de la naturalización de la violencia y la exaltación de la narcocultura es que ofrecen un platillo que se llama la sicaria”, una tostada con más de cinco tipos de mariscos que es más grande que una hamburguesa.
> De esta forma, “junto con el proceso de naturalización de la violencia, vamos educando psicópatas, asesinos”, concluye, haciendo referencia al reciente asesinato en la vía pública de una pareja, donde su hijo de un año de edad resultara herido en una pierna y en la cabeza. Esto “es lo que se conoce como psicopatía”, indica, pues “un psicópata perdió totalmente la barrera entre lo que está bien y lo que está mal, ya no tiene ninguna culpa por asesinar”, y puede igualmente atacar a un hombre, una anciana o un recién nacido.
> “Un gobierno que permite que esto ocurra es un gobierno asesino, es un gobierno genocida”, asegura Castorena Davis, y bromea señalando que “quizá en otra galaxia, a lo mejor en otro país, a lo mejor en otro mundo, el presidente de la república, el secretario de gobernación, el de la PGR y otros, ya deberían haber renunciado aunque fuera por vergüenza, porque dignidad no tienen, porque todo es falso y el gobierno mexicano es un gobierno asesino”.
 
Lorella Guadalupe Castorena Davis es profesora-investigadora del Departamento de Ciencias Políticas y Administración Pública de la UABCS. Es licenciada en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Socialesde la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctora en Estudios Latinoamericanos por la División de Estudios de Postgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y es docente en las materias Introducción a las ciencias socialesMetodología de la cienciaTeoría política clásicaTeoría política modernaTaller de investigación en estudios de géneroCultura y comunicación política y Estudios socioambientales.