La reforma financiera y la banca de desarrollo
Dentro de las reformas planteadas por el gobierno federal, la reforma financiera es fundamental para el desarrollo de México: el sector financiero debe convertirse en el motor del crecimiento económico, según se plantea la reforma descansa en aumentar la oferta de crédito, para lo cual realiza una serie de modificaciones legales que en principio buscan generar una mayor certidumbre a las instituciones financieras.
Se sabe que si bien el otorgamiento del crédito es esencial, ello no necesariamente garantiza que por este hecho la economía crezca a tasas mayores, si bien es cierto una meta es aumentar la inversión productiva, también es cierto que la reforma no presenta mecanismos que permitan asegurar que el mismo será privilegiado sobre el destinado al consumo. Por ahora, la política económica de la Banca de Desarrollo, no ha logrado el cumplimiento de sus objetivos propuestos, en este sentido no ha constituido una herramienta fundamental para promover el desarrollo y el crecimiento de la economía, de hecho ha estado muy alejada de ese propósito.
Por lo tanto, es fundamental contar con una Banca de Desarrollo que genere crecimiento económico, ya que por consiguiente implicaría una mejora en las condiciones productivas y sus consecuentes beneficios sociales, la falta de un creciente PIB a provocado un débil sector productivo y por consecuencia y un muy bajo bienestar de la población, por tales motivos, es prioritario contar con una política económica que favorezca el desarrollo y que profundice el financiamiento de las actividades productivas del país, bajo estrategias bien definidas, para construir una nueva etapa de crecimiento económico vigoroso y sostenido.
De ahí entonces, la banca de desarrollo debe ser un mecanismo financiero que se encargue de instrumentar y canalizar los recursos económicos a regiones, proyectos y empresas que se consideren esenciales en la planificación del crecimiento.
Así, la banca de desarrollo no debe actuar únicamente como mecanismo de refinanciamiento de pasivos, o como garante, sino debe ser un actor y factor dinámico, que promueva y facilite la inversión bajo una muy clara estrategia de política económica.
Es fundamental dar mayores capacidades de gestión a la banca de desarrollo, con ello permitirá llegar y hacer frente a la realidad propia de cada estado y municipio, tomado en cuenta siempre sus límites de financiamiento, trayendo como consecuencia un desarrollo posterior verdaderamente integral y equitativo, pero en todo momento con completa interrelación con una política económica nacional. La banca de desarrollo debe promover el crecimiento productivo y la creación y sostenibilidad de empresas de mayor valor agregado, de nuevas tecnologías, en donde la banca comercial no pueda o quiera asumir el riesgo, logrando con ello el poder detonar diferenciales productivos inexistentes.
Con todo lo anterior, no hay que olvidar que parte de su función es atender los requerimientos estructurales más básicos fomentando mayores niveles de inversión, la generación de empleos suficientes y dignos, así como las necesidades más esenciales de la población, particularmente de la más vulnerable. Sin embargo y como siempre, la mejor opinión es la de usted.