Tesis completamente equivocada

Jueves negro

Al iniciar esta colaboración no encuentro el punto que me sirva de partida. Y es que la actuación del gobernador el jueves pasado (24), unas horas antes de concurrir al informe del alcalde Arturo de la Rosa, fue sencillamente catastrófica. Fue tal su pifia que no encuentro punto de apoyo para argumentarlo. Se reunieron en la colonia Los Cangrejos bajo las clásicas carpas que colocan, y en momento determinado un joven ciudadano le recriminó la ola de crímenes que se están cometiendo, pidiéndole les explicara por qué y cuáles son las medidas que toman y tomarán. Y es que apenas unas horas antes (miércoles) habían asesinado a cinco personas por la acción del crimen organizado. El ciudadano lo interrumpió con voz potente y el gobernador, autoritariamente, le pidió que no le gritara, que lo respetara. ¿Por qué la ola de crímenes si somos una ciudad pacífica, verdad pueblo? –y alzaba los brazos- y los reunidos le contestaron “sííí” aplaudiéndolo. Cuando le recriminaron el porqué del cobro de 350 pesos al turismo, el gobernador les contestó que sería para mejor policía, mejor seguridad y sueldos. Una dama le grita y le dice: “todos los policías que ponen son unos pinches corruptos, no hay ningún policía honesto.” El gobernador le contesto titubeante: “muy bien” y continuó hablando: “el impuesto se cobrará hasta enero, no lo estoy cobrando ahorita” prosiguió. El ciudadano –voz de todos- le dijo “pero ya se aprobó verdad? Sí, ya se aprobó, y el ciudadano soltó una sonora carcajada recriminándole por qué no toman parecer al pueblo ya que el turismo es el que les da para comer y lo están corriendo.

Cuando el gobernador pretendió encontrar argumentos para informar sobre la ola criminal que asola La Paz y Los Cabos cometió una grave torpeza digna de los peores momentos de un gobernador. Argumentó: “tenemos un gravísimo problema relacionado con el consumo de drogas. Tenemos un problema muy fuerte que duerme adentro de nuestras casas porque los que consumen las drogas son nuestros hijos, hermanos, nietos, son nuestros primos y eso ha generado un gran mercado de consumo de drogas.” Luego dijo algo así como que en las escuelas no los cuidaban… y se termina el audio. Pero creo que se refirió a que a los jóvenes no se les cuida en las escuelas ni en la calle. No sé si la concurrencia o el joven que lo increpó le hayan dicho que estaba equivocado, no sé…

Cuando escuché el argumento del gobernador, en mi mente se hizo un remolino que no encontraba acomodo para hacerse una idea clara. ¡No podía dar crédito a tal opinión de la máxima autoridad!

¿Cómo es posible que el gobernador, en este tema tan delicado, tenga una idea tan deformada del tejido social, tejido que debe ser perfectamente bien estudiado y entendido por la esfera del poder público en sus tres niveles? Del conocimiento y pulso que se tenga de la sociedad en esa medida las acciones gubernamentales rendirán frutos provechosos o podridos. Por eso estamos como estamos, por eso la corrupción es la madre de la deformación social de las autoridades.

¿Cómo atreverse a decir que tenemos un problema muy fuerte que duerme dentro de nuestras casas? Con esta sola expresión el gobernador nos demuestra que no tiene estatura de estadista para gobernarnos. ¿Cuántas familias habremos en las casas –de cartón y lámina, pobres, medias pobres, clasemedieras, media altas, ricas, muy ricas y millonarias- que le decimos que miente cuando nos quiere involucrar de vivir en amasiato con el narcotráfico? No señor gobernador: usted tiene una fuerte deformación social. No entiende  la sociedad, entiende su mundo a su manera pero si se le escarba un poquito aflora el desdén que siente por los pobres, su desprecio a un conglomerado que como el que le reclamó en Los Cangrejos, tiene los méritos humanísticos que usted no profesa. Cuando sonaba como candidato se decía que era un hombre muy estudiado y preparado. En los centros que estudió nada entendió del amor al prójimo, nada entendió de filosofía, ética y sociología. Nunca entendió la tesis vibrante y humanística de que el tú y el yo somos lo mismo, somos uno. Mi correo: [email protected]

PASEMOS EL RUBICÓN: Y es que ya va siendo tiempo de que alguien le hable con calma y sapiencia al ciudadano gobernador. Ya son varias las demostraciones que nos ha dado de su conducta visceral, su férrea disciplina al autoritarismo y egolatría: no sé si pide consejo a alguien, pero lo que sí sé es que las decisiones que lesionan al pueblo –impuestos, leyes, 18 de marzo, casa del estudiante en México, Punta Lobos, etc- nunca las ha puesto a consideración de la comunidad. Cuando una madre de familia le reclamó lo de la demolición de la 18 de marzo, endureció su rostro y afloró su autoritarismo. A los padres de los estudiantes de México les lanzó sus cancerberos al igual que en Punta Lobos y mineros de Cachanía. Cuando alguien le preguntó por una ley le contestó “yo ya la leí, ponte a estudiarla.”

 Señor gobernador: las drogas y el crimen organizado no duermen en nuestras casas. Duerme en la incapacidad y corrupción de los gobernantes. Desde el presidente de la república para abajo, son los únicos responsables de la degradación social que aflora violentamente en el crimen organizado. ¿Cuántos funcionarios y cuerpos policiacos estarán inmiscuidos en el crimen y tráfico de drogas?

Claro que el crimen organizado, tráfico de drogas, vendedores y consumidores tienen cuerpo y nombre, pero no es la sociedad en su esencia la responsable, mucho menos, como usted lo cree, “que el grave problema duerma en nuestras casas.” El grave problema no se generó en la familia como usted varias veces lo ha repetido. El problema se generó desde el momento en que el Estado Mexicano con sus gobiernos olvidó el fin primordial de velar por la seguridad social.

Señor gobernador: el crimen organizado mata físicamente, generalmente selectivamente. La corrupción imparable, el cáncer terminal de la corrupción mata espiritualmente a la sociedad ¡sin seleccionar al que matará! Y allí, los únicos responsables son las autoridades. No nos venga con que el grave problema duerme en nuestras casas. El gravísimo problema de la corrupción, madre del narcotráfico, sí duerme en la casa comunal del poder público desde la presidencia de la república, las gubernaturas y ayuntamientos, con todo el entramado institucional pasando por los partidos políticos. Alea Jacta Est. 29-11-16— Miembro de ESAC.