POS”SI ES MI APA
Magdalena Valdés, es una mujer luchona, la vida le dio cuatro hermosas hijas, que seguros estamos, le han dado más satisfacciones que tristezas.
Tanta hija, aunado a los quehaceres del hogar como lavar, planchar, hacer comida, barrer el patio etc. etc., seguramente a cualquiera cansan y la Nena– – como cariñosamente le dicen– – no es la excepción.
Por esto, al atardecer de un día, estando en casa de su Madre y abuela de sus querubines, cansada y agotada les dijo con voz dulce y cariñosa:
Estoy hasta la madre de ustedes y de su Padre, puros pinches corajes. Tu Joanna-de 18 años-échale ganas al estudio, déjate de noviecitos, pa” que pronto trabajes y nos ayudes.
Lupita, haber si me ayudas más con la casa, hoy si termine agotada, tú Diana Laura métete más a la cocina…. iba a continuar con su retahíla de consejos, con Gisel, la más pequeña-de 5 años- cuando fue interrumpida por una de ellas: Tú y mi papá nos debes mantener, en la escuela nos han dicho que tenemos derechos, tú nos trajiste al mundo y ahora nos tienes que proteger etc., etc., cosas que el lector ya sabe, que hoy los chamacos se sacan de la manga para no hacer nada.
Ante estos “discursos”, la madre o sea la Nena comentó en tono molesto: “si cabronas, como no, ingratas no habían de ser…un día de estos me voy a ir con el primer hombre que se me atraviese, a ver como chingao´s salen adelante. Pinches ingratas”. Y con esto dió por concluida la discusión. Obviamente Gisel, la más pequeña, no alcanzó regaño pero se quedó con el sermón completo.
Más tarde, por la noche, vió llegar un vehículo del año y en el que sus hermanas gustosas se subieron en la parte trasera, ella se mostró renuente a subirse, pues aunque iría de compañera de lujo entre su mamá y el chofer, no se le olvido el comentario de que su madre se iría con el primero hombre que pasara.
Fue tanta su renuencia que fue necesario usar la fuerza para subirla. Todo el camino fue chille y chille de la casa de sus abuelos a la suya y no fue hasta que al prender la luz de la cabina para que se bajara, identificó al chofer y entrecortados sollozos exclamar:
¡Pos, pos, si es mi apá!
Y es que casualmente ese día su padre estrenaba carro y ella no lo conocía, supuso que su Madre estaba haciendo efectiva la amenaza de irse con el primer hombre que se le atravesara…Qué tal!
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