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BALCONEANDO / RESPETO AL DERECHO AJENO

Por Alejandro Barañano

 

Llegó a mis manos la Revista Proceso donde se publicó el pasado 14 de abril en la edición 2215 un análisis firmado por Jhon M. Ackerman que tituló “En defensa de la autonomía universitaria”; y lo traigo a colación porque sabido es que en semanas recientes algunos diputados locales se aventaron la puntada de presentar una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, bajo el supuesto de buscar fortalecer la transparencia, la institucionalidad y la participación democrática de la Máxima Casa de Estudio.

Sin embargo, ésta iniciativa careció de legitimidad al haber sido presentada de manera unilateral por un “representante popular” al margen de la comunidad universitaria y, peor aún, demostrando que desconoce que las leyes orgánicas de las universidades públicas tienen un carácter especial, ya que regulan el funcionamiento interno de espacios académicos de enorme riqueza, pluralidad y diversidad cuyas coordenadas no corresponden necesariamente a las de la política electoral populista.

Tal y como asentó Jhon M. Ackerman en su escrito, la lucha partidista por el poder gubernamental es perfectamente legítima, y que las mayorías legislativas cuentan desde luego con un mandato popular para actuar y cumplir con sus promesas y compromisos; sin embargo la UABCS también cuenta con su propio proceso deliberativo y de participación que deben ser respetados, por lo que es un verdadero absurdo intentar imponer una particular visión de democracia universitaria de manera unilateral a partir de la visión de una sola expresión política como lo es la de Morena.

Y lo digo porque por ejemplo el Poder Legislativo debe autorizar los presupuestos para los centros educativos. Sin embargo, es un grave error garrafal confundir esta facultad constitucional con un poder de autoridad jerárquica del Congreso del Estado sobre la universidad.

Así como el Poder Ejecutivo debe de respetar plenamente la autonomía universitaria evitando el ingreso de policías a los campus o la intromisión en los planes de estudio, el Poder Legislativo también debería de respetar esta misma autonomía evitando el chantaje y los arrebatos de unos pocos.

Cierto es que la autonomía universitaria no se debe confundirse con la autarquía; sin embargo la profunda diferencia entre la “política barata” de unos cuantos por un lado y de una universidad autónoma por el otro, requiere que cualquier reforma a una Ley Orgánica deba ser primero avalada y consensuada por la comunidad universitaria, y después sometida para su valoración, debate y eventual aprobación por el Poder Legislativo, y no como lo hicieron queriendo “freír el huevo antes de que lo pusiera la gallina”.

También es cierto que casos como la “Estafa Maestra” han revelado la existencia de malos manejos en algunas universidades públicas. Sin embargo en la mayoría de los casos documentados las universidades fueron víctimas de un sistema corrupto hasta la médula, no los instigadores de las tramas de corrupción.

Ahora se sabe que el gobierno de Enrique Peña Nieto utilizaba algunas universidades públicas para triangular recursos hacia sus socios privados y aliados políticos, y en ocasiones lo hacía bajo la amenaza de un total estrangulamiento financiero en perjuicio de las instituciones educativas correspondientes.

Pero en la actualidad nos encontramos en una coyuntura política radicalmente distinta, pues se dice que el espíritu democrático y honesto del nuevo Gobierno Federal genera un contexto ideal para que florezca más que nunca la autonomía, la pluralidad y la unidad de las comunidades universitarias.

Claro que debemos de exigir cuentas, austeridad, efectividad y transparencia a las autoridades universitarias, pero como señaló Jhon M. Ackerman en la Revista Proceso, “no tiremos al bebé junto con el agua sucia”, pues hay que recordar que la figura de la Universidad Autónoma de Baja California Sur es una de las grandes contribuciones con las que se cuenta en la media península; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .

COMO EN BOTICA

Algo raro –por decir lo menos- está sucediendo con los tres alcaldes sudcalifornianos emanados de las filas del MOVIMIENTO DE REGENERACIÓN NACIONAL. . .  Ello porque no valoran los talentos cercanos a ello PARA BIEN GOBERNAR, y después porque creen que todo lo hacen bien pero en sus resultados negativos siempre buscan culpar a otros. . .  Pero pongámosle apelativos para entendernos mejor: Por ejemplo RUBÉN GREGORIO MUÑOZ ÁLVAREZ ahora nos salió con que pretende construir parques acuáticos en cinco playas de la ciudad capital, y que estos espacios de recreo contarán con hamacas, columpios y techumbres DENTRO Y FUERA DEL MAR. . . En el sur de la entidad no cantan nada mal las rancheras, pues JESÚS ARMIDA CASTRO GUZMÁN en un arrebato de delirio y desvarío –por llamarlo de alguna forma- aseguró en una entrevista radiofónica que ella desconocía todo sobre la licitación para comprar una camioneta blindada Yukon nivel III, tema del cual se enteró –aseveró osadamente- a través de las redes sociales, y ya para salir del atolladero en la que estaba metida culpó a micrófono abierto a los titulares de la Oficialía Mayor, Seguridad Pública Municipal y al tesorero RIGOBERTO ARCE MARTÍNEZ de ser los artífices de la tan criticada y presuntuosa adquisición. . . Pero el que se si voló la barda fue el reconocido adorador del Dios Baco, JOSÉ WALTER VALENSUELA ACOSTA, ya que cacaraqueo con mucha pompa y aguante que la Fundación “Mas Gobernantes Líderes de Verdad, A.C.” que encabeza el periodista ANTONIO HERNÁNDEZ ROSALES le entregó el “Premio Iberoamericano Líder en Gobernanza Productiva 2019” por su gran desempeño productivo, trayectoria profesional y por su liderazgo e imagen pública. . .  ¡CHÚTATE UNA ARGUCIA TAN IRRACIONAL Y POPULISTA!. . . ¡HE DICHO!