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BALCONEANDO / “PERLITA LA DEL CARRITO”

Por Alejandro Barañano

 

En tremendo vericueto se metió la diputada Perla Guadalupe Flores Leyva, -quien llegó al Congreso del Estado bajo la estirpe del ya desaparecido Partido Encuentro Social- esto al exhibirse por sí misma en redes sociales justo cuando recibía las llaves de su flamante vehículo Mercedez Benz CLA Coupé último modelo, y que tiene el “módico” precio de 545 mil pesos.

Y digo que se metió sola en el embrollo porque durante la campaña proselitista enarboló una y otra vez como compromiso ideológico la austeridad, lo cual deja ver claramente ahora la contradicción que en ella existe entre su decir y su hacer.

Quiero aclarar que en lo personal si se compra uno, tres o cinco de esos autos de lujo es lo de menos, pues tiene todo el derecho de hacer con su salario y sus dietas legislativas lo que le venga en gana, pero curiosamente – y lo traigo nuevamente a colación como ya lo hecho en ocasiones pasadas- dentro de los principios del desaparecido Partido Encuentro Social se declaraba tener una inspiración acerca de la llamada teología de la prosperidad; pero al parecer la bendición de Dios era identificada con las ganancias económicas y la abundancia material, reduciendo con ello el mensaje del Evangelio a una mera visión materialista, y como es el caso de la compra del ostentoso “carrito”, pues pareciera que a “Perlita” que le gusta persignarse con un billete en la mano.

El Partido Encuentro Social –el mismo que comandaba “Perlita la del carrito” fue contradictorio desde propia concepción, y quizás por eso la hoy legisladora encajó también en el mismo, pues recordemos que en su Declaración de Principios se aseguraba que “ser político era sinónimo de corrupción, oportunismo, enriquecimiento ilegal, relaciones obscuras; esto porque el político tiene poder, protagonismo, lujos, privilegios, impunidad”. Pero como está visto pareciera que para ello ser político no tiene nada que ver con la idea de servicio, liderazgo honesto, congruencia y patriotismo”. ¿O sí?

Además de lo anterior, en sus documentos básicos, el mismo Partido Encuentro Social el que comandaba “Perlita de del carrito” en sus tiempos de gloria- acusaba a la izquierda de tener un discurso paternalista, ideas anticuadas y verdaderamente irrealizables para generar crecimiento y desarrollo económico, pues decían que “no sólo denotan resentimiento social sino que lo promueven, pues la izquierda polariza, divide, confronta y es un espejo de su propia realidad interna”.

Pero los jefes políticos de Perla Guadalupe Flores Leyva a mediados de diciembre del año 2017 concretaron sus amarres con Andrés Manuel López Obrador, con lo cual no sólo buscaron ganar el bienestar de sus almas sino más bien querer encontrar el bienestar de sus bolsillos, y la prueba quedo en claro recientemente en la agencia automotriz de la  Mercedez Benz, dando paso así a que la diputada sin partido ya no las toma las decisiones políticas con la ayuda de los libros evangélicos sino más bien con una calculadora.

Cabe decir también, que tras el barullo en que se metió por si sola “Perlita”, salió al paso asegurando que el lujoso automóvil que presumió mediante una fotografía en sus redes sociales fue un regalo de su esposo ya que ella está inmersa en el plan de austeridad republicana. ¡Quihubole!

Y para acabarla de rematar, y por si eso ya no fuera suficiente, enfatizó tajantemente que aunque se encuentre dentro de la vida política no reprueba que su consorte le haga ese tipo de regalos, puesto que sigue cumpliendo ella con los compromisos prometidos en campaña. Nuevamente: ¡Quihubole con la dama!

El haber presumido “su carrito” ha provocado una enorme indignación tanto en sirios como troyanos, pues todos han calificado el hecho como ostentoso y opuesto totalmente a la imagen de ahorro que busca mantener Andrés Manuel López Obrador, y más aún, pues mientras que “Perlita la del carrito” transita de aquí para allá en su costosa unidad como si nada, algunos de sus ex colaboradores están siendo despedidos del Ayuntamiento de La Paz, el mismo que preside el buen “Goyito”; por lo que mientras eso sucede quien esto escribe mejor seguirá BALCONEANDO. . .