Voces Cruzadas
En dos semanas –septiembre– aparecerá un nuevo espacio informativo en Internet. Se trata de Voces Cruzadas, bajo la dirección del maestro Juan Melgar, prolífico escritor, periodista y cuentista que le ha dado realce a las letras sudcalifornianas. En esta nueva tarea informativa lo acompañan Alfredo Reyes Cervantes, Laura Gómez y César Ortega Salgado en locución, y Raúl Flores en el control técnico. Un viejo y acicalado proyecto periodístico que tiene meses en franco proceso de maduración y fue el sábado pasado, a la vera de un desayuno donde adquirió compromisos formales con la incorporación de un grupo de periodistas, escritores, intelectuales y luchadores sociales que se integrarán de lleno al proyecto de Voces Cruzadas.
El grupo de prestigiados colaboradores no podía estar mejor representado con una gama de escritores tan disímbolos unidos por un común denominador; BCS. He aquí algunos de los colaboradores que prestigiarán a Voces Cruzadas. Esthela Davis, José María Avilés, José Luís Puga, Sergio Gutiérrez, Alejandro Álvarez, Rodrigo Guerrero, Martha del Riego, Miguel Ángel Avilés, Leonardo Varela, Edmundo Lizardi, y como reporteros Adela Olivas, Marlene Pérez y Kike.
Como se ve, Voces Cruzadas nace con buenos augurios y buena estampa, justo cuando la mayoría de los medios digitales quedaron destrozados por las campañas políticas y la partidización de sus espacios informativos y de opinión. Nacerá en medio de enormes vacíos, manipulaciones y distorsiones que dejó la contienda política, de la que el grueso de los medios de comunicación aún no se reponen. Justo en esa coyuntura de exigencias y transparencias, de veracidad y pluralidad, saldrá a la luz pública como una alternativa ante un escenario político cuya caprichosa y antiestética composición política no deja mayores espacios a la pluralidad, a los contrapesos ni a la oposición.
Del primer encuentro-desayuno de los colaboradores de Voces Cruzadas del que tuve el privilegio de ser invitado no puedo dar mayores detalles por mis terribles problemas de sordera. Aún así, pude un intercambiar un par de palabras –cumplidos– con la escritora loretana a quien le profesó admiración y respeto; Esthela Davis Garyzar. No la conocía personalmente, solo por sus libros, crónicas y cuentos. He leído varios cuentos de la prolífica escritora loretana entre ellos, “La perla del mojón y otros relatos”. En el cuento “La perla del mojón”, Esthela Davis hace gala de su fina sensibilidad como escritora y rescatadora de la vieja tradición oral, esa que se cuenta de boca en boca, de generación en generación y que perdura hasta nuestros días gracias a escritoras con ella que honran nuestras tradiciones dando razóna de nueva antigua vida aldeana.
De “La perla del mojón” tengo mucho que decir. Lo leído en dos ocasiones, lo ha leído mi familia y muchos de mis amigos con quienes comparto afinidades y afectos. Desde el Gral. José Antonio Valdivia hasta mis parientes –los Collins– en Boca de La Sierra; lo mismo en La Purificación y La Primera Agua con los Encinas, Tele Amador en San Evaristo, Pilar Almaraz en Conquista Agraria y el Gordo Almaraz en San Juan de La Costa, los Escobar en San Andrés, los Moller, en Las Palmas de San Lorenzo, los Murillo y Reyes en San José de Gracia, los Perpuly en San Miguel de Comondú, sin faltar mis amigos Firmato Cota, doña Lupita y el “Arepa”, en el Cantil de Abajo, a todos les ha fascinado el libro y sobre todo, “La Perla del mojón” y el cuento de El Fuerte que cuenta en los Comondús.
Aún cuando no puedo dar detalles de la reunión-desayuno del sábado pasado, de el me quedó una grata impresión. Ayer, al hablar por teléfono con Alfredo Reyes, –mi amigo aunque renieguen más de cuatro– le dije, Alfredo, si me lo permites quiero hablar del desayuno, no soy el más indicado ni quién deba redactar la mejor crónica de la reunión, pero quiero hacerlo porque me quedo una excelente impresión dado el nivel de la reunión, los personajes reunidos y sobre todo, por su disposición a colaborador con Voces Cruzadas. De los detalles de la reunión, hay se los dejo a su libre imaginación. ¡Qué tal!.
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