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Pesca * ¿Otra vez?

Ayer, en el varadero de La Bentolita, una vez más inspectores de pesca que cobran en la sub Delegación Federal de Pesca en el estado, volvieron hacer de las suyas; decomisaron redes de pesca porque sospecharon que los pescadores andaban en el tiburón; 20 descoloridos huachinangos y varias redes fue el resultado del botín.

Alertados por los cooperativistas de la Melitón Albañez y por Fonmar ¡cuándo no!, los sedicentes inspectores hicieron acto de presencia en La Betonita para concretar el atropello, mientras barcos de arrastre de César Estrada Neri, Delegado de SAGARPA en BCS, hacen su agosto en el golfo de Ulloa. (Según lo denunció el diputado Venustiano Pérez Sánchez, el pasado 30 diciembre); de ese tamaño son los abusos y el cinismo de la burocracia que opera para la mafia pesquera se Sinaloa.

Increíble que esa mañana (ayer martes) los inspectores se hayan dirigido directamente a dos pangas para cometer los atropellos a sabiendas que cerca de 20 pangas más, incluidas varias de la cooperativa Melitón Albanez, andan en lo mismo; para esto, levantaron “actas” exigiendo una serie de requisitos para que acudan a la sub Delegación Federal de Pesca a presentar sus alegatos y explicar qué fue lo que paso; curp, credencial de elector, orden de arribo, coordenadas sacadas con un GPS de la zona donde pescan, mail, número de celular, domicilio, carta de no antecedentes penales, constancias de no adeudos fiscales expedida por el SAT, entre otros; imagínese un pobre pescador que se hace a la mar como Dios le da a entender, tener que cumplir con toda la tramitoria que les exigen para que le regresen, en el mejor de los casos, las redes decomisadas.

Este tipo de prácticas abusivas son muy comunes en los inspectores de pesca a lo largo y ancho del estado; para ellos los que siempre “andan mal” son los pescadores ribereños libres, los pescadores jodidos, rara vez incautan producto “guateado” en las bodegas de los permisionarios, mucho menos en las pescaderías donde comercializan producto de origen ilegal. ¿Qué raro?.

Si usted acude a cualquier mercado municipal se dará cuenta que venden especies prohibidas como dorado, marlín, pez vela, etc., y los inspectores de pesca ni sus luces, esos andan en otros menesteres, jodiendo al que se deja, así jamás podrá sacar la cabeza el pescador ribereño; siempre con un pie sobre el pescuezo; hoy en la mañana circuló en las redes un par de graciosas fotos donde aparece Fernando García Romero, ex secretario y actual sub secretario de pesca, alimentación y acuacultura del gobierno del estado, encabezando un acto donde fueron liberadas más de 30 mil ejemplares de totoabas juveniles en la playa de Santispac, en bahía Concepción, Mulegé (haciéndole el trabajo sucio a Cristy Walton); especie que son una verdadera trampa para el pescador libre ribereño; capturar una totoaba representan 18 años de  cárcel sin derecho a obtener la libertad bajo fianza. ¡Imagínese!.

Si sorprenden a un pescador con una simple red o cimbra no se la acaba, imagínese con una totoaba capturada accidentalmente, de ahí que no pocos pescadores se preguntan, con justa razón; ¿hasta dónde quiere llegar el gobierno con este tipo de acciones que perjudican al pescador libre ribereño?; hace poco les anunciaron que en lo que resta de este gobierno (federal) no habrá apoyos, apoyos que siempre van a parar a manos de los mismos; pescadores consentidos que están dados de alto de acuerdo al padrón electoral.

A diferencia de otros estados, en BCS los pescadores sólo pueden utilizar motores fuera de borda de dos tiempos (ecológicos) porque contaminan menos; sabe usted, por simple curiosidad, ¿cuál es la diferencia entre un motor fuera de borda de dos tiempos y un motor fuera de borda de cuatro tiempos?; primero, que el motor de dos tiempos es más caro, dura menos, cuesta más el mantenimiento, es mucho más delicado y a los cuatro años a lo sumo hay que cambiarlo, mientras un motor de dos tiempos dura más, el mantenimiento es menos costoso, es mucho más “cuerudo”, cuesta menos y tienen una vida útil de ocho a diez años.

Si a todo esto le sumamos la acción agresiva, punitiva, atropellada, burlona de la sub Delegación Federal de Pesca en  el estado, de insistir en joder al pescador libre ribereño a como de lugar; de mantenerles un pie sobre el pescuezo, luego entonces solo el ¿Diluvio?.

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