Los Arcos * Se quemó y punto
Cuando las autoridades no quieren ahondar ni generar controversias con sus decisiones, simplemente se ciñen al viejo manual de lo qué pasó, pasó. Ayer, Protección Civil dio a conocer su veredicto sobre el incendio en el hotel Los Arcos y dice, que el incendio fue imprudencial y lo que se quemó, se quemó. ¡Quihúbole!.
Solo bastó un modesto párrafo para deshacerse del problema — no de los mal entendidos, que eso es otra cosa– del sospechoso incendio. El dictamen no tenía mucho margen de maniobra; no había gas, energía eléctrica ni rayos que lo hubiesen provocado salvo las “guardias blancas” de Alberto Rentería.
Como de costumbre nos quedaremos con la duda de quién o quiénes fueros los autores del siniestro; si el Espíritu Santo, la Santísima Trinidad o las “guardias blancas” de Alberto Rentería, el caso es que se registró un incendio y éste fue provocado. ¿Quién fue?, únicamente se dijo que fue imprudencial ¡Linda cosa!. Vaya ni siquiera la opinión de alguno de los patibularios que tiene apostado en el hotel el Presidente de Morena sobre quién o quiénes entraron al hotel, provocaron el incendio y luego salieron sin que se enteraran. ¿Qué extraño?, extraño porque el incendio — si es que hay llamarle así– se produjo en sus narices y nadie se dio por enterado hasta que el humo salió a la calle. El “gran incendio de Roma” en el año 64 de nuestra era durante el reinado del emperador Nerón, Tácito supone, en sus contradictorios relatos, que el incendio fue provocado por el emperador en su cruel persecución de cristianos; aquí no hay emperador, ni persecuciones de cristianos, vaya ni Tácito el historiador, sino Carlos Godínez y sus expertos que dieron su inapelable veredicto; lo que se quemó, se quemó.
Claro, el dictamen dado a conocer por Protección Civil es como el lanzamiento de una “bola boba” a Alberto Rentería que utilizará en su descargo y empoderamiento político para culpar a la “parte patronal” de ser los autores del incendio; ¡vaya perversidad!, total, la inútil Junta Estatal de Conciliación y Arbitraje ya se sumó a las “guasangas” del señor Rentería apuntando a más trabajadores “sindicalizados” en la lista de alta registrada ante la Junta.
De hecho, el incendio — del que nadie se dio cuenta– se agrega como un capitulo más en la accidentada y manoseada historia del conflicto que tiene paralizado al hotel desde hace casi ocho años (21 de noviembre de 2008), en el que han aparecido y desaparecido actores que no estaban en el reparto, mucho menos convocados. Y vaya que no es para menos, el hotel bien vale una misa, cuantimás un incendio. ¿Chúpense esa?.
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